miércoles, 30 de marzo de 2022

miércoles, 28 de abril de 2021

jueves, 22 de abril de 2021

Charla en el año jubilar de San José

 


Retransmisión en directo en la página de Facebook de la Cofradía

domingo, 4 de abril de 2021

Evangelio del Domingo


Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor: Misa del día

Primera lectura. Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 10, 34a. 37-43

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
«Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que
predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó
haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron,
colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él
después de su resurrección de entre los muertos. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».

Salmo: Sal 117, 1-2. l6ab-17. 22-23

R. Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R.
La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. R.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. R.

Segunda lectura.  Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-4

Hermanos:
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha
de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto; y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida
nuestra, entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.

SECUENCIA

Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida, triunfante se levanta.
«¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso, la tumba abandonada,
los ángeles testigos, sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda; allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate de la miseria humana
y da a tus fieles parte en tu victoria santa.

Aleluya Cf. 1 Cor 5, 7b-8a

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo.
Así, pues, celebremos la Pascual en el Señor. R.

Evangelio: Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto. »
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.



HOMILÍA

1- La ausencia
Cuando alguien se va, descubrimos lo importante que es la presencia de las personas. Sufrir la ausencia de nuestros seres queridos es lo peor que nos puede pasar. También los discípulos y María Magdalena sufrieron la ausencia de Jesús. A nosotros nos queda el consuelo de visitar el sepulcro en el cementerio. Para María Magdalena, en una de esas visitas, se dio cuenta de que la ausencia era aún más aterradora. Ni siquiera el cuerpo de Jesús estaba en el sepulcro. Solo quedaban las vendas y el sudario con el que el cuerpo se había cubierto. Evidencias de algo nuevo que estaba naciendo en la percepción de los discípulos: Jesús no está en el sepulcro. Entonces vive
Nuestros difuntos ya no están, pero viven. Los podemos sentir, podemos intuir que su vida se prolonga más allá de la muerte.

2- La pascua es fe
Nos dice el evangelio que el discípulo amado, entró en el sepulcro, vió y creyó. La primera evidencia de la pascua es la fe. Creer en la vida, creer que Jesús ha resucitado, creer que lo que Cristo nos anunció se ha hecho realidad en su persona. Solo cree el que ama. No se puede creer por obligación, ni por una convicción intelectual. Se cree cuando se ama de verdad a Cristo, cuando nos sentimos conmovidos por su vida, por su persona, por su mensaje. No creemos en un Cristo histórico. Creemos en un Cristo vivo en nosotros.

3- La pascua es comunidad
El primer encuentro de Jesús es con sus discípulas. (María Magdalena y las otras mujeres). El segundo es con sus discípulos. Cuando estamos reunidos en comunidad, podemos entrever que Cristo está vivo. Qué importante es descubrir a la gente de tu parroquia, con sus virtudes y defectos, con sus manías y grandezas. Esa es la comunidad de Jesús. No podemos vivir la fe en solitario. Busca siempre tu comunidad de referencia y no la abandones nunca.

4- La pascua es paz
Ese Jesús vivo irrumpe en nuestras vidas. Y lo primero que desencadena en nuestro interior es la paz. “Paz a vosotros”. Y la paz les invadió. Una paz que les disipó la tiniebla y el miedo al que estaban sometidos. Una paz que les hizo valientes. Hay que tener mucha paz interior para seguir a Jesús. Seguirle no es apto para cobardes. Seguir a Jesús es para valientes que se juegan la vida por el hermano.

5- La pascua es alegría
Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Su tristeza cambió de repente. Hemos de ser cristianos alegres que contagian la alegría de la Pascua. La cruz es necesaria en la vida de un cristiano. Pero no hay que quedarse en ella. Estamos llamados a la vida, a la dicha, a la alegría.

6- La Pascua es andar de nuevo el camino con una visión distinta
Jesús, al resucitar, convocó a sus discípulos para encontrarse en Galilea, el lugar donde empezó todo. Les retaba a comenzar de nuevo, a seguir sus pasos sabiendo que la resurrección llena a todo lo que hacemos de un nuevo sentido. Cuando damos nuestra vida, ya no lo hacemos a ciegas. Al contrario, sabemos que el Padre nos lo recompensará.

7- La Pascua es esperanza, disipa las tinieblas de la muerte
La muerte no es el final. Es comenzar una nueva vida en plenitud. Esa esperanza nos ayuda a entender la muerte de una manera distinta. Nos motiva para trabajar por la vida en esta tierra.

FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN



sábado, 3 de abril de 2021

Vigilia Pascual

 


El lavatorio de los pies


Así vivimos el lavatorio de los pies el Jueves Santo en nuestra parroquia, este año marcado por la pandemia. Lo queremos compartir con todos.

viernes, 2 de abril de 2021

Homilía para el Viernes Santo


En este día en el que leemos la Pasíón, vamos a detenernos en algunos detalles que san Juan nos ofrece.

1- Buscaban a Jesús.

Cuando están en el huerto de los Olivos Jesús y sus discípulos, se presentaron los guardias del sumo sacerdote y de los fariseos. El poder buscando a un hombre sin armas. Era de noche. Podemos buscar c a Jesús con objetivos distintos y variados, incluso contrapuestos. Mientras Nicodemo lo buscaba para encontrar la verdad, las autoridades judías lo buscaban con un objetivo bien distinto, para acabar con su vida.

Hoy podemos buscar a Jesús, también por diversos motivos: para tener beneficios personales en nuestra salud o en nuestra vida, por afinidad ideológica o por fe verdadera en su persona. Creer en él es lo que nos salva.

2- ¿Qué es la verdad?

“¿Qué es la verdad?”, preguntaba Pilato a Jesús. ¿Qué es la verdad?, nos preguntamos hoy nosotros. Estamos llenos de informaciones contradictorias con pretensión de ser la verdad. Buscamos la verdad en unas ideas. No nos damos cuenta de que la verdad está en una persona; la persona de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios. Nos equivocamos cuando confiamos ciegamente en teorías más o menos razonables, más o menos convincentes. Las palabras de este mundo son creibles cuando se hacen vida, cuando se encarnan. Por eso Jesús es la verdad, porque es testigo de la Verdad de Dios hasta las últimas consecuencias, dando su vida.

3- Lo escrito, escrito está

A Jesús le condenaron a muerte, entre otras cosas, por decir que era el rey de los judíos. Un rey sin trono, un rey que es hermano de todos, que sirve a todos. Sin embargo, nadie soportaba un rey así. Por eso le condenaron a muerte. Pero la historia tiene siempre sus antojos que contradice la opinión de los que dirigen los hilos del mundo. El Espíritu se cuela por las rendijas del búnker del poder. Pilato no conocía muy bien las tradiciones judías y tuvo que escribir la causa de la condena de Jesús para que todos pudieran verlo en la cruz donde iba a morir. Tenía que escribir la blasfemia que había dicho el propio Jesús. Y sin embargo escribió: “Jesús Nazareno, rey de los judíos”. Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y los fariseos, fueron a protestarle a Pilatos. Este respondió: “Lo escrito, escrito está”

Aunque muchas veces en la vida vemos cómo el mal se adueña de la realidad, siempre hay un resquicio por el que se cuela el bien, siempre hay una persona que sabe mantener la dignidad, siempre hay una casualidad, que por confusión provoca que se haga un poco de justicia. De ese pequeño grano de mostaza, semilla del Reino, puede salir un gran árbol.

4- Está cumplido

Un poco antes de ser apresado, Jesús pedía la Padre que le librara de esa hora. La hora es el momento crucial donde Jesús había de entregar la vida. El no es ningún suicida que no quiere vivir en este mundo. Ama la vida, pero ama más la voluntad del Padre. Aunque le cueste, ha de enfrentarse con la cruz, por amor al Padre y a la humanidad. Jesús ha cumplido el deseo del Padre. En los últimos momentos antes de morir, hace una revisión rápida de su vida. De esa revisión, salen sus últimas palabras: “está cumplido”.

Así deberían ser nuestras revisiones vitales. Los tiempos de adviento o cuaresma son propicios para mirar nuestra vida y descubrir si estamos siendo obedientes al sueño del Padre para este mundo en el que nos ha tocado vivir. Esa debe ser también la revisión final de nuestra vida:”¿He sido fiel a Dios?”, “¿He seguido a Jesús?”. Ojalá podamos decir: “está cumplido”.



jueves, 1 de abril de 2021

Jueves Santo 2021


1- Todo en sus manos

En aquella cena había muchos sentimientos encontrados: por un lado, se olía ya el peligro inminente de la muerte, puesto que los judíos estaban tramando capturar a Jesús; por otro, se estaban destapando la traición de Judas; además había un sentimiento de despedida para con los discípulos y de celebración de la Pascua. A esto se unía la sensación de haber llegado al final del camino, la hora definitiva. Ya no hay vuelta atrás. Todo estaba puesto en las manos de Jesús. De él dependía gestionar todo conforme al deseo del Padre.

También hoy se nos recuerda que Dios deja en nuestras manos la gestión de los asuntos del Padre en la tierra. Tus manos pueden sanar, levantar, servir, abrir ojos y oídos, bendecir…como las manos de Jesús-

2- Quitarse el manto, ceñirse la toalla…

El manto es una prenda que se pone por encima de la túnica. Expresa el linaje de una persona. Cuando Jesús se quita el manto, se está despojando de su “señorío”, de su prestigio social. En lugar del mando, se ciñe la toalla a la cintura. Una prenda usada por los esclavos para secar al amo cuando lo lava. Este gesto de Jesús es revolucionario, porque está expresando la igual dignidad de todos los seres humanos, sin importar la clase social, ni el prestigio de cada uno. A lo largo de la historia, los humanos hemos mirado con superioridad a otros hombres: el amo miraba al esclavo como si no fuera una persona; el rico desprecia al pobre por su indigencia, el que vive en el Norte, mira con ojos despectivos a quienes viven en el sur; los que son muy leídos se sienten más que los que no tienen estudios…. ¡Pobre realidad humana! Jesús que es Dios, nos mira con amor de hermano, con la admiración de un esclavo para con su señor, con el deseo de agradar de un siervo. Jesús rompe todos nuestros esquemas humanos, nos recuerda que Dios está para servirnos, nos pide que hagamos nosotros lo mismo. En eso consiste la verdadera fraternidad: “no soy más que mi hermano; mi hermano no es menos que yo”. Mejor dicho: mi vida es para servir a mi hermano, me gozo en el amor. El papa Francisco nos habla en Fratelli Tutti de la cultura de la fraternidad. ¡Cuantos pasos hemos de dar cada uno para crear esa cultura en nuestro mundo!


viernes, 26 de marzo de 2021

Pórtico de la Semana Santa 2021


LA CRUZ, EL CARPINTERO Y EL EVANGELIO DE LO COTIDIANO

INTRODUCCIÓN

Por segundo año consecutivo vamos a vivir una Semana Santa diferente. No habrá procesiones en las calles, aunque en este 2021 sí que podremos reunirnos para celebrar la parte fundamental de la Semana Santa que son las celebraciones del triduo pascual, eso sí, con restricciones no sólo en el aforo sino que también en la liturgia, eliminándose por ejemplo el rito del lavatorio de los pies.

Aprovechemos la ocasión para dedicar un rato al silencio, a la oración, a la contemplación de los misterios que celebramos en estas fechas, a volver a las fuentes releyendo y meditando el Evangelio y hagámoslo de la mano de San José, el carpintero de Nazaret y padre terrenal de Cristo. Descubramos a través de sus gestos y de sus obras esos detalles que pasan habitualmente desapercibidos para vivir intensamente este tiempo que lleva de la Pasión a la Resurrección.

LA CRUZ

La imagen más simbólica de la Semana Santa, tanto que llegó a convertirse en el símbolo del cristianismo, es la cruz. Para muchas personas puede resultar paradógico que un instrumento de sufrimiento y muerte pueda convertirse en un símbolo de Salvación.

Mirar la cruz es contemplar la propia vida. Nadie estamos exentos de cruces, de cargas, de tareas que se hacen cuesta arriba, de personas que no nos acaban de gustar, de ideas que no entendemos o con las que nos cuesta convencer. Estamos llenos de miedos, discusiones, enfrentamientos, incoherencias, cruces que nos apartan del disfrute de la vida, de vivir cada día la verdadera alegría.


EL CARPINTERO

El Papa Francisco ha querido que durante este año pongamos nuestra mirada en San José, un santo poco conocido pero que hace ciento cincuenta años fue declarado Patrón de la Iglesia Universal y por algo será.

San José es el santo de lo cotidiano, del trabajo, del silencio, del segundo plano, del esfuerzo, de las dificultades, de los sueños y todo eso es lo que podemos meditar durante estos meses. Llegados a la Semana Santa dejemos que el santo carpintero nos acompañe para fijarnos en los detalles insignificantes, en lo que habitualmente pasan desapercibidos entre el boato y la solemnidad.

¿Y si le hubieran encargado a José hacer la cruz de Jesús?. Cada día nos desvivimos por los hijos, queremos lo mejor para ellos y siempre estamos evitando que les pasen cosas malas. No sé, es probable que José nunca hiciera cruces, seguro que ese trabajo ya estaría monopolizado en Jerusalén, sería alguna empresa quien fabricara, casi en serie las cruces. Viendo los intereses políticos, la agitación de las masas que se da entre el pueblo, cuando tienen que elegir entre soltar a Jesús o a Barrabás, se hace difícil creer que un humilde carpintero fuera el encargado de construir las cruces como instrumento de martirio.

Pero hay algunas representaciones de San José, como la que aparece en la vidriera principal de nuestro templo parroquial, en la que San José está en el taller de Nazaret fabricando una cruz incluso ayudado por el joven Jesús. Cristo, durante toda su vida, estuvo haciendo siempre la voluntad del Padre. Durante la Semana Santa recordamos ese momento crucial de Getsemaní, Jesús se retira al monte de los olivos para orar y pide encarecidamente “aparta de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad sino la tuya”.

José también nos enseña a cumplir la voluntad del Padre, los designios de Dios. Es capaz de dejar todo, de escuchar, de fiarse de las palabras del ángel escuchadas en sueños para convertirse en padre y protector del pequeño Jesús, del Dios hecho hombre, del que, como dijo el anciano Simeón “será signo de contradicción entre los pueblos, pero está puesto para que muchos caigan y se levanten, será luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo, Israel”.

Nadie es profeta en su tierra. “¿De Nazaret puede salir algo bueno?. Esa es la cruz de la incomprensión, de la falta de respaldo de la sociedad, la cruz de la soledad que tan de actualidad está y seguro que esas palabras también le dolían a José.

Pero la devoción nos muestra a San José como una persona benévola, como alguien con arrojo que se pone en camino para cumplir con los preceptos pero sobre todo para no dejar solos a esa Madre y ese Niño tan especial. Huye a Egipto, sin nada, sabe lo que es “salir corriendo” perder toda seguridad para reinventarse, volver a construir y seguir viviendo.
 

EL EVANGELIO DE LO COTIDIANO

¡Qué pena que San José casi no aparezca en el Evangelio!. La verdad que gran parte de lo que sabemos del glorioso patriarca se lo debemos a los evangelios apócrifos, a aquellos que quedaron descartados de los libros canónicos del Nuevo Testamento. Se entiende que los relatos de los cuatro evangelistas vayan más a lo esencial del mensaje de Cristo, pero quizás nos hubiera acercado más a Jesús conocer cosas y tareas de su día a día.

José era carpintero. Un oficio humilde, sencillo, un artesano que creaba con sus manos, su esfuerzo y la ayuda de las herramientas del taller cualquier objeto de la vida cotidiana. Es probable que Jesús también aprendiera el oficio de carpintero, como aprenden los niños, jugando, compartiendo ratos de la tarea, ayudando en la medida de sus posibilidades, e incluso arrimando el hombro en momentos de necesidad.
 

En los relatos de Semana Santa e incluso en los de la vida pública de Jesús no aparece José por ninguna parte. Es probable que muriera antes de que ocurriera aquel inicio de etapa pública en la sinagoga, cuando dice Jesús que hoy se cumple la escritura y va a proclamar la Buena Nueva y la Salvación, busca a sus discípulos, despreciando a sabios y a ricos y comienza a recorrer los caminos de Galilea, pasando por las aldeas y dejando poso en aquellos que no endurecen el corazón y escuchan su voz.

Seguro que Jesús, durante su vida, recordó muchos de los ejemplos que le dio José. Seguro que se acordó del carpintero cuando vio descender desde el tejado de la casa esa camilla de madera que llevaba al enfermo, o al citar el celemín bajo el que no se debe poner la lámpara, o el candelero de madera, o el cabecero de la cama en la que estuvo postrado el buen samaritano en la posada, o la barca de Pedro, que también era de madera, o tantos y tantos utensilios que cita el evangelio y que sin duda pudieron salir de las manos del carpintero.

Pero sin duda hay una creación del oficio del carpintero que es fundamental dentro del Evangelio, es la mesa. Esa mesa sobre la que se celebró la última cena, en la que se congregaron los más allegados para celebrar una despedida con promesa, una fiesta que luego se tornaría en llanto y en desilusión para culminar a los tres días con alegría perpetua. Una mesa, como la de los discípulos de Emaús, que descubren el por qué ardía su corazón mientras compartían camino con aquel encontradizo. Una mesa, en la que a través del gesto cotidiano de partir y repartir el pan se convierte en el altar sobre el que se ofrece el propio Cristo, muerto, resucitado y conmemorado en cada Eucaristía.

Que vivamos esta Semana Santa fijándonos en los detalles, en cada utensilio de lo cotidiano, en cada vivencia, en cada persona, para reconocer la presencia de Cristo iluminada por el varón justo, el carpintero que lleva de la mano al Salvador del mundo.
 

Semana Santa 2021. Israel Muñoz Rodríguez

domingo, 21 de marzo de 2021

Horarios de Semana Santa

 

DOMINGO DE RAMOS (28 de marzo)

-Eucaristías: 11,20 - 12,30 -19 h

No se repartirán ramos, se pueden traer de casa para su bendición.

JUEVES SANTO (1 de abril)

-Retiro (en la iglesia): de 11 a 13 h

-Celebración de la Cena del Señor: 17,30 y 18,30 h

VIERNES SANTO (2 de abril)

-Vía crucis: 11 h

-Hora Santa (en el monumento): 12,30 h

-Celebración de la Pasión del Señor: 17,30 y 18,30 h

SÁBADO SANTO (3 de abril)

-Solemne Vigilia Pascual: 20,30 h

DOMINGO DE RESURRECCIÓN (4 de abril)

-Eucaristías: 12,30 (única de la mañana) y 19 h


sábado, 20 de marzo de 2021

Evangelio del Domingo


DOMINGO V DE CUARESMA

PRIMERA LECTURA Jer 31, 31-34

Lectura del libro de Jeremías.
YA llegan días —oráculo del Señor— en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No será una alianza como la que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto, pues quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor —oráculo del Señor—
Esta será la alianza que haré con ellos después de aquellos días —oráculo del Señor—: Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que enseñarse unos a otros diciendo:
«Conoced al Señor», pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor —oráculo del Señor—, cuando perdone su culpa y no recuerde ya sus pecados.

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 50, 3-4.12-13. 14-15 (R/.: 12a)

R/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro.
V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
V/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
V/. Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R/.

SEGUNDA LECTURA Heb 5, 7-9

Lectura de la carta a los Hebreos.

CRISTO, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, siendo escuchado por su piedad filial.
Y, aun siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación eterna.

Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio Jn 12, 26

El que quiera servirme, que me siga —dice el Señor—,
y donde esté yo, allí también estará mi servidor.

EVANGELIO Jn 12, 20-33

Lectura del santo Evangelio según san Juan.

EN aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; estos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:
«Señor, queremos ver a Jesús».
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó:
«Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará.
Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré? ¿Padre, líbrame de esta hora? Pero si por esto he venido, para esta hora: Padre, glorifica tu nombre».
Entonces vino una voz del cielo:
«Lo he glorificado y volveré a glorificarlo».
La gente que estaba allí y lo oyó, decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo:
«Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí».
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.

Palabra del Señor.



HOMILÍA

HISTORIA DE DOS GRANOS DE TRIGO

Había dos granos de trigo entre miles de millones que estaban en el granero. Esos dos granos fueron destinados, junto con muchos otros a ser sembrados, porque estaban muy sanos, tenían mucho potencial. De ellos podría salir una espiga grande y sana. Como no podemos contar la historia de todos los granos que fueron sembrados, nos centraremos en lo que les ocurrió a esos dos granos, a los que vamos a llamar “Grano A” y “Grano B”. Cayeron los dos juntos en el surco. Parecían iguales, pero no lo eran, pues cada uno tenía su personalidad o mejor dicho, su “granilidad “. El grano A era muy amante de lo suyo, le gustaba vivir bien; era simpático. El grano B, no prestaba mucho interés a su aspecto, no pensaba demasiado en sí mismo. Cuando llegó el invierno con las lluvias, vieron los dos granos cómo se estaban pudriendo por la humedad de la tierra. Iban a morir. Los dos se sintieron aterrados, porque se daban cuenta que les había llegado la “hora”. Era el momento de dar su vida. Rezaban a Dios: “Padre, líbrame de esta hora” Pero no les quedó más remedio que aceptar la muerte. Habían sido destinados a pudrirse en la tierra. Pero cuando cesaron los fríos más inclementes, tanto A como B empezaron a brotar, desde la tierra hacia el cielo. Crecían a través de un tallo que primero era blanco, pero al salir de la tierra se fue convirtiendo al color verde. Ese era su destino, brotar, resurgir, crecer. Poco a poco A y B fueron creciendo y se hicieron una planta esbelta. Les faltaba poco para que surgiera la espiga.
Sucedió que ese año las lluvias eran escasas y las dos plantas empezaron a pasar serias dificultades para seguir creciendo.
- ¿Qué vamos a hacer? -Le dijo la Planta A a la B- Con esta sequía no podemos dejar que brote la espiga
- ¿Por qué no? – respondió B- Hemos nacido para dar fruto. Y sin espiga no daremos fruto.
- Ya, -dijo A- Pero si damos fruto, no podremos crecer más y nos quedaremos rechonchas y pequeñas. Estropearemos nuestra imagen.
La planta B se daba cuenta que su compañera olvidaba que el sembrador les había destinado a la tierra para que dieran un buen fruto. Y si no sacaban la espiga, su objetivo se torcería. Por eso dijo a A
- Debemos renunciar a nosotras mismas, debemos olvidarnos de ser plantas altas y frondosas. Lo importante es que la espiga crezca, aunque los granos sean más pequeños.
Mientras que la planta A se negó a sacar la espiga adelante, crecía y se hizo más alta. Tenía un tallo recto y bien formado. En cambio B, renunció a crecer para sí misma y centró toda su energía en formar la espiga. Apenas levantaba un palmo de la tierra, pero su espiga iba formando preciosos granos de trigo. No eran granos muy grandes, pero gracias a su sacrificio, el labrador que recogió los granos de B y do otras plantas como B, pudo comer y no murió de hambre.
Hemos sido creados por Dios para dar fruto abundante, para dar nuestra vida a los que nos rodean. Cuando los seres humanos solo pensamos en nuestros intereses económicos de forma egoísta, cuando vivimos la vida para nosotros mismos, cuando buscamos nuestro beneficio personal… olvidamos cual es nuestra esencia, desdibujamos nuestro futuro. Creemos que ganamos la vida con el éxito inmediato; engordamos nuestro ego, parecemos plantas sanas y grandes, llenas de futuro; pero el futuro se malogra, porque no somos FECUNDOS. Jesús nos recuerda que la vida se gana cuando la entregamos. Por eso, Él es LA VIDA. Le pedimos que también nosotros seamos fieles a nuestra esencia, a la llamada de Dios para ser sembradores de vida.

En este fin de semana, estamos celebrando el día del seminario. En ese “semillero” se sueñan sacerdotes que den la vida como la dio el Maestro Jesús. Pidamos hoy al Señor por las vocaciones, para que surjan jóvenes dispuestos a entregar su vida de esta manera. Feliz domingo

ORACIÓN

Señor, permaneciendo fiel hasta la muerte,
tú nos muestras el camino del amor más grande.
Tomando sobre ti el peso del pecado,
tú nos revelas el camino de la bondad.
Rezando por quienes te crucificaron,
tú nos conduces a un perdón sin medida.
Abriendo el paraíso al ladrón arrepentido,
tú enciendes en nosotros la esperanza.
Ven a ayudarnos en nuestra poca fe.
Crea para nosotros un corazón puro,
renueva y consolida nuestro espíritu.
Cerca está tu Palabra,
que ella nos habite y nos guarde siempre


sábado, 13 de marzo de 2021

Evangelio del Domingo


DOMINGO IV DE CUARESMA

PRIMERA LECTURA 2 Crón 36, 14-16. 19-23

Lectura del segundo libro de las Crónicas.

EN aquellos días, todos los jefes, los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, imitando las aberraciones de los pueblos y profanando el templo del Señor, que él había consagrado en Jerusalén.
El Señor, Dios de sus padres, les enviaba mensajeros a diario porque sentía lástima de su pueblo y de su morada; pero ellos escarnecían a los mensajeros de Dios, se reían de sus palabras y se burlaban de sus profetas, hasta que la ira del Señor se encendió irremediablemente contra su pueblo.
Incendiaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, incendiaron todos sus palacios y destrozaron todos los objetos valiosos. Deportó a Babilonia a todos los que habían escapado de la espada. Fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta el advenimiento del reino persa. Así se cumplió lo que había dicho Dios por medio de Jeremías:
«Hasta que la tierra pague los sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta cumplirse setenta años».
En el año primero de Ciro, rey de Persia, para cumplir lo que había dicho Dios por medio de Jeremías, el Señor movió a Ciro, rey de Persia, a promulgar de palabra y por escrito en todo su reino:
«Así dice Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a ese pueblo, puede volver. ¡Que el Señor, su Dios, esté con él!».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 136, 1-2. 3. 4-5. 6 (R/.: 6ab)

R/. Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti.
V/. Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar
con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras. R/.
V/. Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión». R/.
V/. ¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha. R/.
V/. Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías. R/.

SEGUNDA LECTURA Ef 2, 4-10

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios.

Hermanos:
Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho revivir con Cristo —estáis salvados por pura gracia—; nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha sentado en el cielo con él, para revelar en los tiempos venideros la inmensa riqueza de su gracia, mediante su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. En efecto, por gracia estáis salvados, mediante la fe. Y esto no viene de vosotros: es don de Dios. Tampoco viene de las obras, para que nadie pueda presumir.
Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que de antemano dispuso él que practicásemos.

Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio

Cf. Jn 3, 16

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito;
todo el que cree en él tiene vida eterna.

EVANGELIO Jn 3, 14-21

Lectura del santo Evangelio según san Juan.

EN aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
«Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».

Palabra del Señor.



HOMILÍA

1- Nicodemo
Nicodemo es un fariseo, que además pertenece al Consejo Judío. Por tanto es un hombre de la Ley, un hombre con autoridad. Pero también es un hombre que ha visto cómo actúa Jesús en el templo y de alguna forma siente curiosidad por él. Nicodemo representa a la Ley y a la autoridad judía, que el evangelista presenta como las tinieblas. Jesús es en cambio la Luz. Entre estos dos mundos, la tiniebla y la Luz, está Nicodemo, que duda de su pertenencia. Por eso va a visitar a Jesús, de noche, sin que nadie le vea.

2- La serpiente del desierto
En Nm 21, 9, se nos cuenta un episodio mientras el pueblo de Israel iba caminando por el desierto hacia la Tierra Prometida. Los israelitas se encontraron con una gran plaga de serpientes. Muchos eran mordidos por ellas. Entonces Dios mandó fabricar a Moisés una serpiente de bronce para que la mantuviera siempre alzada. Cuando un israelita era mordido por una serpiente, no tenía más que mirar a la otra serpiente de bronce portada por Moisés. En ese momento era curado del veneno. El mordido por la serpiente, no moría, al contrario, vivía.
Juan evangelista establece una comparación entre este pasaje del libro de los Números y lo que le sucederá a Jesús: será levantado, lo mismo que Moisés levantó a la serpiente. Si los que miraban la serpiente no tenían que morir por ser mordidos, los que miren a Jesús, elevado a lo más alto con la resurrección, también tendrán vida. El que se une a Jesús se llena de vida , no morirá.

3- Mirar a Jesús
En este mundo, lleno de corruptelas, de luchas por el poder, de negocios sucios, de comercio desenfrenado, necesitamos un poco de aire fresco, un poco de verdad en nuestras vidas, un poco de honradez que nos devuelva la fe en el hombre. Y para eso lo mejor es mirar a Dios, mirar a Jesús. Descubrir cómo el Padre no ha dudado en sacrificar la vida de su Hijo, entregarle por amor. Hoy es un día excelente para contemplar cómo Jesús se alejaba del poder, se acercaba a los humildes y pequeños; para mirarle caminando por los caminos de Galilea curando a los leprosos, restituyendo la dignidad a los pecadores…. En ese repaso a su vida, lo vemos también fracasado, perseguido por las autoridades, insultado y torturado, condenado a morir en una cruz… Jesús es el Hijo que lleva a término los deseos del Padre para este mundo. Por eso lo levantó, lo resucitó, le dio la vida. De esa misma manera nos dará la vida a nosotros, aunque estemos fuera de las estrategias de este mundo, aunque no contemos como actores principales de este teatro en el que vivimos. Nos basta con estar en la Luz, aunque ésta sea rechazada, aunque la mayoría prefiera las tinieblas. Mirar a Jesús, mantenernos en su camino, nos asegura la vida; no nos preserva de los sufrimientos de este mundo, pero nos permite vivir con dignidad, con altura de miras: la altura que nos ofrece el Padre en su proyecto del Reino. Un proyecto de fraternidad, de mesa compartida, de acogida para los descartados… No temas si no ocupas los primeros puestos de nada… Al contrario, alégrate, porque Jesús tampoco los ocupó. No te inquietes, porque tu cartilla no está repleta de millones. Desvívete por buscar el bien común en nuestra sociedad; por defender los derechos de los excluidos; por buscar la verdad de las cosas, sin conformarte con la explicación que dan siempre los mismos; por ser honrado en tu vida, en tu trabajo, en tu familia, con tus amigos, contigo mismo. Entonces resplandecerás, no por tus méritos, como nos dice san Pablo en la segunda lectura, sino porque Cristo proyecta su luz sobre ti. Te llenarás de vida. Feliz domingo.

sábado, 6 de marzo de 2021

Evangelio del Domingo


DOMINGO III DE CUARESMA

PRIMERA LECTURA (forma breve) Éx 20, 1-3. 7-8. 12-17

Lectura del libro del Éxodo.

EN aquellos días, el Señor pronunció estas palabras:
«Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.
No tendrás otros dioses frente a mí.
No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso.
Recuerda el día del sábado para santificarlo.
Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días en la tierra, que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No robarás.
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
No codiciarás los bienes de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 18, 8. 9. 10. 11 (R/.: Jn 6, 68c)

R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.
V/. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
V/. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
V/. El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
V/. Más preciosos que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R/.

SEGUNDA LECTURA 1 Cor 1, 22-25

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

LOS judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio (Cf. Jn 3, 16)

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Unigénito;
todo el que cree en él tiene vida eterna.

EVANGELIO Jn 2, 13-25

Lectura del santo Evangelio según san Juan.

SE acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:
«Quitad esto de aquí: no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora».
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron:
«Qué signos nos muestras para obrar así?».
Jesús contestó:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré».
Los judíos replicaron:
«Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
Pero él hablaba del templo de su cuerpo.
Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había
dicho, y creyeron a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba a ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre.

Palabra del Señor.


HOMILÍA

1. La Pascua en Jerusalén
Al acercarse la pascua, muchos judíos procedentes de los más diversos lugares, se acercaban a Jerusalén para celebrar los ritos pascuales. La capital era un lugar santo; y su templo era el principal edificio, el lugar donde Yahvé habita. Al templo acudían los judíos para ofrecer sus sacrificios de animales y otras ofrendas. Así pedían favores a Dios e imploraban perdón por las faltas cometidas.
El templo era el centro religioso de Israel, pero también era un centro económico donde se cambiaba moneda, se hacían negocios y se vendían animales para los sacrificios. Cuando alguien quería pedir un favor a Dios o pedir perdón, entregaba un cordero u otro animal doméstico, al sacerdote para que fuese sacrificado. En ocasiones se rociaba la sangre del animal sobre el pueblo. Muchos profetas habían alzado la voz contra los sacrificios vacíos que se ofrecían a Dios El salmo 40 nos describe cómo no agradan a Dios los sacrificios ni las ofrendas; lo agradable para él es el cumplimiento de su voluntad. Muchos pensaban que todos los sacrificios eran ritos vacíos.
2- Jesús entra en el templo
Jesús echa del templo a los vendedores. Nos dice también que expulsa a las ovejas y bueyes. Jesús se convertirá en el nuevo pastor de esas ovejas que saca del recinto que las aprisiona y las exprime la vida. Esas ovejas son el Pueblo de Dios a quien Jesús quiere redimir. Después esparce las monedas de los cambistas, recordando que la casa de Dios no es un mercado. Al contrario, es casa para la oración, para el encuentro.
La religión judía se había convertido en un negocio que aprisiona a los fieles, que utiliza y explota a los más pobres a cambio de unos supuestos favores de Dios. El templo se ha convertido en un recinto donde se adora al dios Dinero. Se está utilizando el nombre de Dios para explotar a la gente.
Desgraciadamente la historia de las religiones está llena de estos abusos, que contrastan con la verdadera fe. Jesús quiere que la relación con Dios sirva para liberarnos, no para atarnos, para explotarnos. Él transforma la religión. El episodio de la expulsión de los vendedores del templo enemistó a Jesús definitivamente con las autoridades religiosas de Jerusalén.
3- Jesús , el nuevo templo
Los dirigentes, que se identifican con los vendedores, exigen una señal a Jesús que justifique su escandalosa actuación.
Jesús les da la señal de su muerte. Libera a los corderos que se sacrificaban en el templo. En su lugar, se pone él, como el Cordero de Dios que entregará su vida como máximo servicio a la humanidad. Los dirigentes lo matarán para borrar al verdadero Dios de la Tierra. Esos mismos dirigentes destruirán el templo de Jesús, la persona donde Dios habita. Jesús es el nuevo Templo. La persona de Cristo es el lugar más sagrado, pues él es Dios-Hombre. Ese templo será destruido por la maldad de muchos, pero en tres días será reconstruido. Jesús se está refiriendo a su propia muerte y a su propia resurrección. Ese templo contiene la plenitud del Espíritu de Dios
4- Vinculados a Jesús por el Espíritu
Todos nosotros, cuando recibimos el Espíritu, quedamos vinculados a Jesús. Por eso también somos templo de Dios. Decimos que los templos son lugares sagrados, pero no hay nada más sagrado que el ser humano, el lugar donde reside el Espíritu. Por eso es contradictorio cuidar nuestros templos y a la vez ignorar a nuestros hermanos. Hemos de cuidar muy bien nuestros templos, como es lógico, pero hemos de ser más exquisitos en el trato con las personas que nos rodean, especialmente con los pobres, los enfermos, los excluidos… Todo ser humano es templo del Espíritu. Todo cristiano, cuando comulga, se hace portador de Cristo, se alimenta de su vida. Cuidemos los espacios sagrados con esmero, como nos dice Mt 25, sabiendo que cuidamos a Jesús mismo: los hambrientos, los sedientos, los encarcelados, los enfermos, los migrantes…Cuidemos nuestro cuerpo que acoge a Dios, también cuando estamos enfermos, cuando el cuerpo es un despojo, cuando.
Cuando estamos habitados por Dios, le ofrecemos nuestra vida, como Cristo la ofreció. Su ofrenda está siempre motivada por el amor. Nosotros nos ofrecemos movidos por él, que es Cordero que se ha dado su vida por todos. 
Feliz domingo

domingo, 28 de febrero de 2021

Evangelio del Domingo


DOMINGO II DE CUARESMA

PRIMERA LECTURA Gén 22, 1-2. 9a. 10-13. 16-18

El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe

Lectura del libro del Génesis.

EN aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán.
Le dijo:
«¡Abrahán!».
Él respondió:
«Aquí estoy».
Dios dijo:
«Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moria y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré».
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña.
Entonces Abrahán alargó la mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.
Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
«¡Abrahán, Abrahán!».
Él contestó:
«Aquí estoy».
El ángel le ordenó:
«No alargues la mano contra el muchacho ni le hagas nada. Ahora he comprobado que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo».
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
El ángel del Señor llamó a Abrahán por segunda vez desde el cielo y le dijo: «Juro por mí mismo, oráculo del Señor: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te colmaré de bendiciones y multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de sus enemigos. Todas las naciones de la tierra se bendecirán con tu descendencia, porque has escuchado mi voz».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 115, 10 y 15. 16-17. 18-19 (R/.: Sal 114, 9)

R/. Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.
V/. Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!».
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R/.
V/. Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. R/.
V/. Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén. R/.

SEGUNDA LECTURA Rom 8, 31b-34

Dios no se reservó a su propio Hijo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

HERMANOS:
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, que murió, más todavía, resucitó y está a la derecha de Dios y que además intercede por nosotros?

Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio

Cf. Lc 9, 35

En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre:

«Este es mi Hijo, el Elegido; escuchadlo».

EVANGELIO Mc 9, 2-10

Este es mi Hijo, el amado



Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
No sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor.



HOMILÍA

1- Lo que nos deslumbra con su brillo
¡Cuántas cosas nos deslumbran! A los niños y niñas, algunos futbolistas o cantantes de moda; a los adultos, un coche, una casa, un famoso… Todas esas luces que brillan a nuestro alrededor nos dejan vacíos.
En cambio, el arte, tiene un brillo especial, nos hace subir a esa montaña del éxtasis, nos deslumbra y nos llena: una buena novela, un cuadro que nos ha impresionado, una película que nos ha hecho vibrar por dentro, una música hermosa que resuena en nuestros oídos una y otra vez… Parece que con el arte, se nos llenan los pulmones, nos emocionamos. Nuestra mente se acerca a la belleza, al bien. Pero el arte no es lo único que consigue sacar lo mejor de nosotros mismos, elevarnos a la cima de la montaña. Una buena conversación con un amigo, una comida compartida entre risas, un paseo por la naturaleza, un enamoramiento inesperado, un abrazo sereno, un perdón otorgado con generosidad… Estas experiencias humanas nos llenan de emoción. Una pena que el materialismo creciente oculte todas estas cosas hermosas de la vida.
2- El brillo de Dios
Hay una experiencia de la que hoy no se habla mucho: la experiencia de Dios. Jesús quiso que sus discípulos le acompañaran para que vivieran algo de lo que les había hablado. Subieron a la montaña, el lugar donde Dios se había manifestados tantas veces, con Abrahán, con Moisés, con Elías. Si queremos conocer algo de esa experiencia hemos de hacer un pequeño esfuerzo por salir de nuestra rutina de cada día. Cuando subimos una montaña nos da pereza, porque la subida es dura. Pero merece la pena el esfuerzo si pensamos lo que nos vamos a encontrar. Nos cuesta dejar la cama el domingo para ir a celebrar la eucaristía con nuestros hermanos, nos cuesta hacer el esfuerzo de dejar un rato de nuestro tiempo libre para escuchar la Palabra… Pero hay que subir la montaña, respirar deprisa porque el esfuerzo nos quita el aire. Pero cuando llegamos a la cumbre, nuestra respiración se acompasa y se profundiza, nuestros pulmones se ensanchan, nuestra espalda se estremece, porque vemos el brillo de Dios, sentimos la paz y la dicha, el amor y la ternura. No es una cursilada, es el momento del encuentro. No es sentimentalismo, es el reconocimiento de lo bien que estamos aquí.
Junto a Jesús nos encontramos bien, porque descubrimos que nos llena de paz, nos sentimos amados. Nos gustaría hacer tres tiendas.
Si a uno le preguntan si ha tenido una experiencia religiosa como ésta que describe el evangelio de hoy, es muy posible que piense que nunca ha vivido nada igual, Es posible, porque nuestras catequesis muy a menudo transmiten conocimientos, no experiencias, nuestras misas son vividas como un ritual sin Espíritu… Pero también es cierto que mucha gente no ha puesto nombre a los encuentros que ha vivido con Jesús: esos padres que el día del nacimiento de su hijo se sintieron especialmente agradecidos a Dios; ese niño, que en su habitación pedía para que no le pasaran nada malo a su papá; ese joven, que enamorado mira al cielo para que su amor sea correspondido; esa madre que siente que el Padre está cuidando de ella y de su familia... Podríamos poner millones de ejemplos. Hay momentos en la vida que nos abren a una relación especial de encuentro con lo Infinito. La pena es que no sabemos poner nombre a esos encuentros, aunque sabemos lo bien que hemos estado, la paz que hemos sentido. La Biblia, y sobre todo, los evangelios, nos narran de una manera especial esos encuentros. Al ponerlo por escrito, podemos identificar lo que nos pasa a nosotros, en la alegría, en el dolor, en las dificultades, en lo cotidiano… Hay que aprender a cortar con la rutina para subir al monte del encuentro. El encuentro nos deslumbra, pero de una manera sosegada, nunca milagrera ni prodigiosa. Pongamos nombre con palabras a esos encuentros.
3- Bajar del monte
No podemos quedarnos aquí eternamente, aunque estemos muy a gusto. Hay que bajara a la realidad de nuevo. Muchas personas piensan que lo vivido en la montaña es un espejismo que no tiene nada que ver con la vida diaria, que todos los buenos sentimientos experimentados se disipan cuando nos encontramos con la crudeza de la vida. No debe ser así. Dios no quiere que estemos en una burbuja. El nos quiere equivocándonos, metiendo la pata, fracasando…Porque la vida es así, está llena de montañas que hay que escalar, de piedras que nos hacen tropezar. ¿Entonces qué nos aporta el encuentro en la cima de la montaña? Nos aporta una determinación muy importante: la convicción de que nuestra vida ha de ser vivida como una donación a los hermanos que nos rodean, como entrega. Jesús les dice a sus discípulos que ha de padecer. No lo hace por masoquismo, sino porque el Padre le ha pedido que viva su vida para los demás, no para sí mismo. El Padre le ha llenado de tanto amor que se olvida de su persona para entregar su vida hasta la cruz.
Cuando el encuentro con Jesús es profundo, maduramos para vivir nuestra vida como un don para los demás. No es un sacrificio a regañadientes. Es una convicción que nace del amor que Dios nos da. 
Feliz domingo.

sábado, 20 de febrero de 2021

Evangelio del Domingo


DOMINGO I DE CUARESMA

PRIMERA LECTURA Gén 9, 8-15

Lectura del libro del Génesis.

DIOS dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros: el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
Y Dios añadió:
«Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi alianza con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir a los vivientes».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 24, 4-5ab. 6 y 7bc. 8-9 (R/.: cf 10)

R/. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza.
V/. Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
V/. Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.
V/. El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.

SEGUNDA LECTURA 1 Pe 3, 18-22

Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro.

QUERIDOS hermanos:
Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios.
Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu; en el espíritu fue a predicar incluso a los espíritus en prisión, a los desobedientes en otro tiempo, cuando la paciencia de Dios aguardaba, en los días de Noé, a que se construyera el arca, para que unos pocos, es decir, ocho personas, se salvaran por medio del agua.
Aquello era también un símbolo del bautismo que actualmente os está salvando, que no es purificación de una mancha física, sino petición a Dios de una buena conciencia, por la resurrección de Jesucristo, el cual fue al cielo, está sentado a la derecha de Dios y tiene a su disposición ángeles, potestades y poderes.

Palabra de Dios.

Versículo antes del Evangelio Mt 4, 4b

No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.


EVANGELIO

Mc 1, 12-15

Era tentado por Satanás, y los ángeles lo servían



Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían. Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

Palabra del Señor.



HOMILÍA

Comenzamos la Cuaresma. Cuarenta días. Una cuarentena. Estamos muy acostumbrados a esta palabra, puesto que vamos a cumplir un año en el que hemos vivido un tiempo especial, confinados, cuarentenados. También la Cuaresma es un tiempo especial, también tiene algunas similitudes con lo que estamos viviendo, pero es muy diferente.
1- El Espíritu lo empujó al desierto
El desierto, para un judío, era un lugar especial. El lugar donde encontrar soledad, el lugar donde orar y encontrarse con Dios. No es extraño que el Espíritu empujara a Jesús al desierto antes de comenzar su vida pública. No podemos cumplir la voluntad del Padre si no conocemos lo que quiere de nosotros. Por eso la Cuaresma es tiempo de desierto, de encuentro con el Padre, de soledad. Pero la Cuaresma de este año es un poco especial, puesto que llevamos viviendo en cuarentena casi doce meses. Cada uno habrá vivido este tiempo como haya sabido o como haya podido. Lo cierto es que estamos ansiosos de salir de este desierto provocado por la pandemia, sin relaciones, retirados del mundanal ruido. Y la Iglesia nos invita a entrar en la Cuaresma, nos llama al desierto de nuevo. ¿Cómo podemos vivir aquello de lo que deseamos salir? ¿Cómo ansiar el retiro cuaresmal si estamos cansados de tanto retiro forzado?
Quizá sea momento de aprovechar nuestro confinamiento para vivir lo esencial, para encontrarnos con Dios. Vivimos tan ocupados en lo que hemos perdido durante este año que no nos damos cuenta de lo que podemos ganar en este tiempo: más profundidad, más tiempo para meditar, para ponernos a la escucha de la Palabra. Eso es la Cuaresma. Dejémonos empujar por el Espíritu para aprovechar este desierto impuesto por un virus, para ponernos en búsqueda de Dios.
2- Siendo tentado por Satanás
El confinamiento ha provocado muchos daños colaterales: la crisis económica, las separaciones matrimoniales, las pérdidas de nuestros seres queridos… El desierto es lugar de prueba. El pueblo de Israel pasó cuarenta años en el desierto y allí fue tentado, quiso abandonar la Alianza con Dios, quiso volver a la vida en Egipto. El desierto de la pandemia está poniendo a prueba a la humanidad. En esta situación límite estamos sacando lo mejor y lo peor del ser humano. Si el pueblo de Israel no fue capaz de superar la prueba, Jesús, en cambio, salió victorioso de la crisis. Cuántas veces somos tentados nosotros de abandonar nuestra fe, de abandonar el Evangelio que un día creímos. Es mucho más seductor el dinero, el poder, la comodidad. Ahora que hemos dejado nuestras “actividades religiosas”, nos sentimos libres para dar otro rumbo a nuestra vida. Buscar caminos que no nos comprometan. No se va a notar mucho, porque nos despedimos sin decir adiós. La pandemia es la excusa perfecta para muchas cosas.
Pero en la Cuaresma se nos recuerda que no “solo de pan vive el hombre”. Necesitamos a Dios, necesitamos su Palabra, necesitamos que él interprete nuestra vida y nos dirija por sus senderos. Solo si nos dejamos seducir por él, podremos luchar con la seducción de Satán, el Príncipe de este mundo.
3- Marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios
Galilea es la tierra de Jesús. Allí desempeñó la mayor parte de su actividad. No podemos quedarnos eternamente en el desierto cuaresmal. Hay que volver a la palestra, a la vida cotidiana. El encuentro con Dios ha de llevarnos siempre al encuentro con los hermanos. Pero hemos de salir reforzados de esto, rehabilitados por el Padre, convencidos de la fuerza del Evangelio que estamos llamados a proclamar.
Cuando vemos que la humanidad se aleja del Reino de Dios, con violencia gratuita, con falta de solidaridad, con egoísmo desaforado , con falta de diálogo, con mentiras interesadas…. Hemos de creer que el Reino de Dios está cerca y apostar por él. Acudamos al desierto, acudamos al Padre las veces que haga falta, para que él nos convierta y nos ayude a pensar como él piensa, a vivir como él vive en su Hijo Jesucristo. El tiempo se ha cumplido y ya se ha hecho realidad el Reino. Feliz Domingo, feliz Cuaresma.

miércoles, 17 de febrero de 2021

Miércoles de Ceniza

 

Las misas con imposición de la ceniza serán:

11,30 h

18 h

19 h

Aforo máximo: 25 personas

Después de cada misa se impondrá la ceniza a las personas que no hayan podido participar en la celebración, en grupos de 25 personas.

sábado, 13 de febrero de 2021

Evangelio del Domingo


DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA Lev 13, 1-2. 44-46

Lectura del libro del Levítico.

EL Señor dijo a Moisés y a Aarón:
«Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca una llaga como de lepra, será llevado ante el sacerdote Aarón, o ante uno de sus hijos sacerdotes.
Se trata de un leproso: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza.
El enfermo de lepra andará con la ropa rasgada y la cabellera desgreñada, con la barba tapada y gritando: “¡Impuro, impuro!”. Mientras le dure la afección, seguirá siendo impuro. Es impuro y vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial

Sal 31, 1-2. 5. 11 (R/.: cf. 7)

R/. Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.
V/. Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito
y en cuyo espíritu no hay engaño. R/.
V/. Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/.
V/. Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero. R/.

SEGUNDA LECTURA 1 Cor 10, 31-11, 1

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

HERMANOS:
Ya comáis, ya bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo para gloria de Dios.
No deis motivo de escándalo ni a judíos, ni a griegos, ni a la Iglesia de Dios; como yo, que procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propia ventaja, sino la de la mayoría, para que se salven.
Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo.

Palabra de Dios.

Aleluya Lc 7, 16

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Un gran Profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo. R/.

EVANGELIO Mc 1, 40-45

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
«Si quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
«Quiero: queda limpio».
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole severamente:
«No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor.



HOMILÍA

1. Acercarse a Jesús.
Tenemos necesidad de acercarnos a Jesús, como el leproso, sabiendo que él nos escucha, nos comprende. El leproso, un poco temeroso le dice a Jesús: “si quieres puedes limpiarme”. Nosotros le decimos: “si quieres puedes sanarme, puedes ayudarme, puedes liberarme…” Sabemos lo que él quiere. En su presencia, sanamos. En la Eucaristía decimos: “una palabra tuya bastará para sanarme” Nos cura con su palabra. Nos toca, y quedamos limpios. No podemos chantajear a Jesús obligándole a que nos cure. Su presencia es ya curativa. El se aleja de los prodigios y los milagros facilones. Por eso no quiere que el leproso se lo cuente a nadie, para que la gente no piense en Jesús como el milagrero, sino como el Hijo de Dios que nos muestra el camino del Reino.

2. Un leproso acogido
Los leprosos eran declarados impuros en tiempo de Jesús. Su enfermedad era la consecuencia de su pecado. Se les expulsaba de la comunidad y tenían que vivir en la indigencia y en la soledad más absolutas. Excluidos, intocables, expulsados, derrotados…. Pero Jesús cambia sus vidas. Incluye al leproso, le acoge, le toca, le devuelve su dignidad de persona… Los sacerdotes del templo tenían que certificar su curación, tal y como dice el libro del Levítico en la primera lectura.
El encuentro con el leproso es una buena enseñanza para nuestra iglesia, para nuestras parroquias. Hemos de hacer de nuestras comunidades un recinto donde se acoja a los excluidos, a los estigmatizados, identificándonos siempre con aquellos que llevan en su piel las marcas del rechazo de otros. Todas las heridas, todas las lepras se curan también con un amor sólido y sincero, con una tolerancia que está por encima de los clichés de este mundo. Los leprosos no eran los únicos en esta situación. Jesús acogió a las prostitutas, a los pecadores, a los samaritanos poco piadosos… ¡Cuantos grupos hoy siguen siendo rechazados con prejuicios sociales…! Emigrantes, gitanos, homosexuales, transexuales, personas sin hogar…. Áreas geográficas como la España olvidada, los países de la periferia mundial… En este día en el que celebramos la campaña contra el hambre, tendríamos que incluir en nuestros calendarios y objetivos a los países que están siempre en las afueras, como los leprosos. No entran en el calendario de vacunación muchos países de África y otros continentes; no tienen preferencia sus productos agrícolas, ni sus niños que mueren de desnutrición. Nuestros objetivos de desarrollo excluyen a muchos países de nuestra tierra. Jesús dice: “dadles vosotros de comer”. 
Feliz domingo

sábado, 6 de febrero de 2021

Evangelio del Domingo


DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA Job 7, 1-4. 6-7

Lectura del libro de Job.

JOB habló diciendo:
No es acaso milicia la vida del hombre sobre la tierra,
y sus días como los de un jornalero?;
como el esclavo, suspira por la sombra;
como el jornalero, aguarda su salario.
Mi herencia han sido meses baldíos,
me han asignado noches de fatiga.
Al acostarme pienso: "¿Cuándo me levantaré?"
Se me hace eterna la noche
y me harto de dar vueltas hasta el alba.
Corren mis días más que la lanzadera,
se van consumiendo faltos de esperanza.
Recuerda que mi vida es un soplo,
que mis ojos no verán más la dicha».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 146, 1bc-2. 3-4. 5-6 (R/.: cf. 3a)

R/. Alabad al Señor, que sana los corazones destrozados.
V/. Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel. R/.
V/. Él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre. R/.
V/. Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados. R/.

SEGUNDA LECTURA 1 Cor 9, 16-19. 22-23

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

HERMANOS:
El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo.
No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!
Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga.
Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio.
Entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.
Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles. Me he hecho débil con los débiles, para ganar a los débiles; me he hecho todo para todos, para ganar, sea como sea, a algunos.
Y todo lo hago por causa del Evangelio, para participar yo también de sus bienes.

Palabra de Dios.

Aleluya Mt 8, 17b

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Cristo tomó nuestras dolencias
y cargó con nuestras enfermedades. R/.

EVANGELIO Mc 1, 29-39

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar.
Se levantó de madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron:
«Todo el mundo te busca».
Él les responde:
«Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».
Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.

Palabra del Señor.



HOMILÍA

El texto del evangelio del domingo pasado y el de hoy forman una unidad en el evangelio de Marcos, pues expresan la actividad del Maestro en un día completo pasado en Cafarnaún. , el sábado.
Cuando sale de la sinagoga, Jesús acompañado por cuatro de sus discípulos, va a la casa de Simón y Andrés. Allí estaba la suegra de Simón Pedro, en la cama con fiebre. Los de la casa, le hablaron de ella. ¡Cuántas veces hemos de hablar a Jesús de las personas que nos rodean…! Esa es la primera parte de la oración de los discípulos: hablarle a Jesús de los que están abatidos, contarle sus penalidades, describirles su dolor. Él ya lo conoce, pero al contar las cosas, los discípulos nos hacemos conscientes de la realidad en la que viven nuestros semejantes; a la vez, nos olvidamos un poco de nuestras preocupaciones, que muchas veces son autocomplacientes. Hoy le queremos contar el sufrimiento de tantas suegras en la pandemia que estamos viviendo, de tantos ancianos que nos han dejado o que tienen que vivir el aislamiento. Aprendamos a contar a Jesús los desvelos de nuestros hermanos.
La siguiente acción de Jesús debería ser un referente para nosotros. En realidad son tres acciones diferentes: “se acercó, la tomó de la mano y la levantó”. Acercarse al hermano abatido es crucial en un mundo que todo está determinado por la fría lejanía de los medios de comunicación. Conocemos muchas veces a los demás por lo que nos dicen, por lo que oímos, por la opinión de otros. Hay que acercarse al hermano para conocerle, tanto en su grandeza como en su miseria. Resulta penoso ver cómo personas que tienen que tomar decisiones, no conocen a las personas a quienes se dirigen.
Tomar de la mano es un gesto que en la pandemia resulta más significativo, ya que ahora hay que guardar las distancias, no podemos tocar al hermano. Pero el enfermo necesita también el calor humano, no solo la medicina, para ser sanado. Tenemos que reinventar las formas de hacernos cercanos con las personas en estos momentos en los que se hace necesario el distanciamiento físico. El lenguaje, la comunicación, aunque sea a distancia, son ahora más importantes que nunca.
El verbo levantar es muy importante en el Nuevo Testamento. Se nos habla de la resurrección de Cristo como un levantarse de la muerte. Dios levantó a su Hijo. De la misma manera, Dios “alza de la basura al pobre”. Igual que Job, que se siente abatido en su dolor; piensa cuándo se levantará, según vemos en la primera lectura. También nosotros necesitamos que el Señor nos levante de nuestro dolor, de nuestra enfermedad, de nuestros fracasos. Dejémonos levantar por Jesús.
La suegra de Pedro, se levantó y se puso a servirles. Esa es la tarea de los discípulos: servir a los demás; ser las manos de Dios que levantan a los humildes, que sacan los malos espíritus de los que están capturados por el mal, que curan las cicatrices que la vida va dejando.
Por eso Jesús sale al patio de la casa y se pone a expulsar muchos demonios, a quienes mandaba callar.
El domingo pasado, Jesús sacaba los malos espíritus en la sinagoga, expulsando así la mala religión que es muy dañina para el hombre. Hoy le vemos en una casa de una familia sacando otros demonios que también son dañinos: los demonios de la familia: la incomunicación, las rupturas de pareja, las manipulaciones y otros demonios que destruyen el amor verdadero. Pidamos a Jesús hoy que ahuyente todo lo que ensombrece a nuestras familias.
Solo seremos capaces de sacar esos demonios con oración. Por eso vemos a Jesús que se levanta temprano para orar, para ponerse a la escucha de la Palabra. No perdamos ocasión de hacer nosotros lo mismo. No podremos luchar con nuestros enemigos, los malos espíritus que nos habitan, si no dedicamos tiempo para que el Padre nos señale el camino. Un camino siempre universal, abierto a otros, a otras aldeas, a otros mundos que esperan también ser curados. Feliz domingo.


domingo, 31 de enero de 2021

Nueva misa de los domingos


Debido a las restricciones de aforo impuestas por la Junta de Castilla y León, a partir del próximo domingo 7 de febrero, se celebrará la Eucaristía en nuestra Parroquia también a las 10,45 h. Por lo tanto, el horario de misas dominicales será el siguiente:
10,45 h
11,30 h
12,30 h
19,00 h

Además, después de cada misa se dará la comunión a todas las personas que no hayan podido asistir y que así lo deseen.

sábado, 30 de enero de 2021

Evangelio del Domingo


DOMINGO IV DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA Dt 18, 15-20

Lectura del libro del Deuteronomio.

MOISÉS habló al pueblo diciendo:
«El Señor, tu Dios, te suscitará de entre los tuyos, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb el día de la asamblea: “No quiero volver a escuchar la voz del Señor mi Dios, ni quiero ver más ese gran fuego, para no morir”.
El Señor me respondió: “Está bien lo que han dicho. Suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá todo lo que yo le mande. Yo mismo pediré cuentas a quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá”».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 94, 1-2. 6-7c. 7d-9 (R/.: cf. 7d-8a)

R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor:
«No endurezcáis vuestro corazón».
V/. Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.
V/. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R/.
V/. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R/.

SEGUNDA LECTURA 1 Cor 7, 32-35

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

HERMANOS:
Quiero que os ahorréis preocupaciones: el no casado se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido. También la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, de ser santa en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido.
Os digo todo esto para vuestro bien; no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.

Palabra de Dios.

Aleluya Mt 4, 16

R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló. R/.

EVANGELIO Mc 1, 21b-28

Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN la ciudad de Cafarnaún, el sábado entró Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como
los escribas.
Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar:
«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«¡Cállate y sal de él!».
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:
«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.

Palabra del Señor.



HOMILÍA

El Evangelio de hoy nos sitúa al comienzo de la actividad pública de Jesús. Comienza en una sinagoga, lugar de enseñanza judía, donde se leía la Ley y los Profetas, donde los escribas enseñaban la doctrina teórica que iba conformando la fe judía.
Ya desde el principio, este texto compara de alguna forma las enseñanzas de Jesús con las de los escribas. Jesús despertaba comentarios de asombros porque su manera de enseñar era nueva, mientras que los escribas enseñaban, decían muchas cosas, pero no conseguían tener la autoridad de Jesús. Veamos por qué.
Marcos no nos cuenta qué decía Jesús; nos cuenta lo que hizo en la sinagoga. Ahí está la diferencia de la enseñanza de los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un mal espíritu. Marcos desea hacernos ver que ese espíritu malo lo ha cogido en la sinagoga. Nos sugiere que las enseñanzas de los escribas, los ritos y costumbres que ellos defienden, enloquecen a las personas, han enloquecido a ese hombre concreto, le han poseído, quitándole su propia libertad, atándole a ese mal espíritu, o a esos malos espíritus, como sugiere el plural empleado cuando grita: “¿qué tenemos nosotros que ver contigo?”.
Jesús le dice: “cállate y sal de él”. Los dos verbos en imperativo. Jesús no discute con el mal espíritu, como no quiere discutir la doctrina de los escribas. No sirve de nada, porque los enredos intelectuales pueden estar bien cuando hay un deseo de buscar la verdad, pero no sirven de nada cuando solo tratan de justificar la propia postura. Eso mismo sigue pasando hoy en las distintas tribunas políticas y sociales; se está utilizando la pandemia para hundir al adversario, no para buscar el bien común. Cuando todo el mundo sabe de todo, cuando todo el mundo sabe más que los técnicos, cuando en la tienda de la esquina, te encuentras con expertos que solucionan el problema en dos segundos… lo mejor es callar. Jesús ordena al hombre endemoniado que calle y a la vez le libera de sus propios demonios, los que la sinagoga le ha metido dentro.
Por esta acción, la gente ve a Jesús como alguien distinto: tiene una nueva forma de enseñar, una nueva forma de hacer realidad el amor de Dios. Jesús no se mete a discutir las enseñanzas de los escribas. Eso no le interesa: Le interesa el hombre enloquecido por las malas enseñanzas. Por eso le libera, le quita todos los pesos que los ritos religiosos han cargado sobre él. La mala religión ha dañado a un ser humano. El sábado se ha hecho para el hombre, no el hombre para el sábado.
Este episodio de liberación del endemoniado de la sinagoga debe llevarnos a nosotros a meditar sobre nuestra práctica religiosa. Toda religión debe fundarse en una experiencia de fe que libera. Pero lo cierto es que muchas veces, la religión puede hacernos daño. Veamos algunos aspectos negativos de la religión mal entendida:
1- Una religión que entretiene: se vive la fe como un entretenimiento, como un espectáculo más o menos bonito. Olvidamos que la fe nace de una llamada, no de un capricho o gusto personal. Jesús nos llama, como a sus discípulos, para que estemos con él y para hacernos pescadores de hombres.
2- Una religión ritualista: los ritos religiosos son buenos y necesarios. Pero los ritos no son un fin en sí mismos. Sirven para llevarnos a Dios. Cuando los ritos, siempre, relativos, se convierten en algo absoluto, nos hacemos ritualistas. El ritualista está más preocupado por la ejecución perfecta del rito, por la estética del ritual, que por el sentido que tiene. La abstinencia de comer carne en cuaresma, se creó para que fuéramos capaces de privarnos de algo que nos gusta comer para poder compartir con el que no tiene, para dominar nuestros impulsos. El sentido se perdió y quedó solo el rito vacío. Cuando esto ocurre, el rito no sirve para nada. Podemos ser muy capaces de privarnos de la carne durante los viernes de cuaresma, pero miramos para otro lado cuando hay personas que pasan necesidad.
3- Una religión clerical: nos advierte el papa Francisco muchas veces contra el clericalismo, que no es otra cosa que el dominio del clero sobre todos los fieles, sin contar con los hermanos, sin dar participación. Como si la iglesia fuera propiedad de algunos. Este clericalismo no solo está ejecutado por algunos clérigos, sino también por laicos que prefieren que alguien les mande, porque así la vida es más fácil. La autoridad en la Iglesia es otra cosa. Siempre ha de estar basada en el servicio.
4- Una religión rigorista: en estos días ha aparecido en la prensa la noticia de la condena de una monja carmelita del convento de Nogoyá, en Argentina, que sometía a sus monjas a vejaciones, latigazos y otras cosas por el estilo. Todo lo hacía para mantener el rigor moral, la observancia de las constituciones de la orden… Una religión así poco tiene que ver con la fe en Jesucristo. Basta recordar la misericordia mostrada con los pecadores: la adúltera, Zaqueo, etc..
5- Una religión mágica: es una religión del chantaje a Dios: “peregrino al santuario de la Virgen si me cura, rezo a Dios si me concede lo que le pido”… La relación con Dios se convierte en un intercambio. Pero la fe es confianza en el Padre. Poner la vida en sus manos, como nos recuerda C. de Foucold. Cuando pedimos a Dios, hemos de ponernos a la escucha de su Palabra, confiando que nos da lo mejor.
Que el evangelio de hoy nos ayude a depurar nuestra fe, gozando de nuestra relación con Dios, sintiendo la alegría de seguir a Jesús, que siempre nos libera. Por eso su autoridad es tan grande para nosotros. Feliz domingo.